Balada de Blas y Lydda
Blas Perozo Naveda amó genuinamente a Lydda Franco Farías. Fue un amor ardido, caliente como el lomo de las dunas de Coro, o los ensortijados cardones que bordean el lago de Maracaibo.
Blas Perozo Naveda amó genuinamente a Lydda Franco Farías. Fue un amor ardido, caliente como el lomo de las dunas de Coro, o los ensortijados cardones que bordean el lago de Maracaibo.
Como hiciera Foucault con el discurso médico, Rúkleman Soto se propone una arqueología de los bares y botiquines de Venezuela, desde el discurso personal de la crónica, o los “decires” que surgen del análisis imbuido y embebido de la territorialidad del bar.
Una lectura exhaustiva, íntima y fraterna de uno de los libros más significativos del poeta Armando Rojas Guardia
Ofrecemos la traducción al español de un cuento de João Gilberto Noll, donde lo onírico y lo siniestro se abrazan en un ritmo narrativo que nos deja sin aliento.
La antología Los siglos venideros (Fundarte, 2023) lleva al poeta Oswaldo Flores Cumarín a repasar sus propias lecturas de un poeta fundamental en la tradición venezolana, Ramón Palomares.
Gabriel Jiménez Emán se interna en el ensayo de Carlos Fuentes «Geografía de la novela», resaltando la lucidez de Fuentes para construir un mapa de referencias universales de la «novela moderna», con énfasis justificado en escritores latinoamericanos como Onetti, Borges, Roa Bastos o Sergio Ramírez.
Vielsi Arias recorre la poesía de la gran Ana Enriqueta Terán con la proximidad y el afecto propios de quien fue una de sus más cercanas pupilas.
César Seco escribe sobre Millo, la antología personal de Blas Perozo Naveda que atraviesa la historia íntima de su propia poesía, desenfada y erguida desde el amor profundo por la lengua y, sobre todo, por el habla.
Alejandro Silva ofrece una lectura situada de los cuentos del libro Montes y Culebras, obra ganadora de la X Bienal Nacional de Literatura Orlando Araujo en 2022
Gabriel Jiménez Emán lleva más de 50 años escribiendo cuentos de «extraordinaria belleza y sencillez», en palabras de otro gran narrador venezolano, Wilfredo Machado.